“ El transcurso de la vida de un hombre asustadizo y algo valiente. Un poco como todos nosotros.”
Desde su niñez en Alaska, David Winkler ha vivido obsesionado por la nieve. Además, David tiene un don: a veces puede ver cosas antes de que ocurran. Sus premoniciones le permiten saber que un vecino será atropellado por el autobús o que se enamorará de una mujer en un supermercado. Pero cuando David sueña que su hija se va a ahogar en una inundación sin que él pueda salvarla, toda su vida se desmorona. Huir de su familia, de su casa y de su propio futuro parece el único modo de negar el sueño que lo atormenta.
Solo, sin medios y sin saber si su hija ha sobrevivido o si su mujer ha conseguido perdonarlo, David tendrá que comenzar una nueva vida. Hasta el día en que deba enfrentarse a la decisión de buscar a las personas que dejó atrás.
Una historia lenta, con muchos paisajes extraños y lejanos. Un hombre volcado al futuro y a evitarlo a toda costa. No ha conseguido su propósito, me ha costado llegar a simpatizar con la historia pero he adorado a la cantidad de personas que pasan por la vida de nuestro protagonista.
Los presentimientos atormentan a nuestro individúo, lo persiguen hasta el punto de volverlo aprensivo contra todo aquello que él sabe que va a pasar. La vida lo lleva por diferentes paisajes, desde un cobertizo congelado donde los días se confunden y el sol escasea, hasta una isla perdida de aguas cristalinas, donde los días parecen repetirse y el tiempo no avanza.
Doerr, nuestro autor, tiene una prosa espectacular y llega a detallar toda la escenificación con un precisión asombrosa. Te sumerges en cada situación de una manera asombrosa. Su elaborada y paciente escritura nos guían por la vida de David nuestro personaje para descubrirnos un poso a nosotros mismos. Intenta imponerlos la importancia del momento y el peso de nuestro actos tanto en nuestra vida como en la de los demás.
¿Somos dueños de nuestro destino? ¿Somos como esas pequeñas moléculas de agua en continua vibración? ¿Somos agua y somos vida?
¿ Has pensado alguna vez en el cambio que puede suponer girar a la derecha en una calle o a la izquierda? A la derecha llegas tres minutos antes a tu destino, a la izquierda, tal vez tropieces, se te caigan unas revistas al suelo y unas cajas de Apple-Jack en un supermercado, conozcas al amor de tu vida, salgas huyendo y empiece la vida.
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